CUERPO COMO TERRITORIO POLÍTICO Y DE DISPUTA EN AMÉRICA LATINA (copia) (copia)
“Históricamente la región de América Latina se ha construido a través de la violencia, así como el espacio social se construyó a través de un despojo de identidades y cosmovisiones. El desarrollo de las sociedades latinoamericanas ha estado determinado dentro de una lógica colonial, la cual transformó las múltiples formas de ver el mundo que quedaron atrapadas en una sola visión del todo, la occidental y hegemónica, sirviendo al sistema capitalista y su reproducción.
Dentro de este despojo y construcción de una nueva visión del mundo se encuentra el despojo de los cuerpos, sentires y pensares de las comunidades originarias de la región.
Las comunidades indígenas conciben su espacio social dentro de concepciones no lineales del tiempo a diferencia de las sociedades occidentales, el pasado y futuro están en el presente, así como tienen una concepción de comunidad que se relaciona directamente con la tierra. “Si el tiempo se retuerce en el espacio dando giros ascendentes en espiral, el espacio puede abarcar territorios que incluyen los cuerpos de los seres (vivos y no vivos) que los habitan y las relaciones entre todos ellos”.
Sus territorios abarcan no sólo las cuestiones geográficas, sino las relaciones sociales, culturales y espirituales. Es por ello que desde la colonización se violentaron estas concepciones espacio-temporales, mediante la apropiación de sus tierras, territorios, recursos, saberes y la apropiación de sus cuerpos, en especial de las mujeres, ellas fueron despojadas de sus cuerpos. Los cuerpos le pertenecieron a las naciones colonizadoras, por ello fueron despojados de sus saberes, objetivizados y reconstruidos dentro de la modernidad colonial.”
... “La construcción histórica, política y social de los cuerpos en América Latina está completamente relacionada con cómo se han ido construyendo los espacios, los cuales están atravesados por el colonialismo y la reproducción del capital, ya que desde la colonización, las naciones colonizadoras tomaron los cuerpos como un territorio de conquista, aplicando técnicas como el despojo de identidades.
Dorotea Gómez Grijalva, lesbiana feminista maya, en su texto titulado Mi cuerpo es un territorio político, resalta la importancia de comprender nuestros cuerpos políticos desde lo histórico y no desde lo biológico. “Y en consecuencia asumo que ha sido nombrado y construido a partir de ideologías, discursos e ideas que han justificado su opresión, su explotación, su sometimiento, su enajenación y su devaluación.
De esa cuenta, reconozco a mi cuerpo como un territorio con historia, memoria y conocimientos, tanto ancestrales como propios de mi historia personal”.
Fragmentos de la tesis "El cuerpo como territorio político y de disputa en América Latina” de Regina Gómez Iturribarría.
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