MUJER APIS
FOTO PERFORMANCE: ENTREVISTA A KIYO GUTIÉRREZ
1. ¿Qué representa la performance en tu vida?
La performance le da sentido a mi vida, a través de ella proceso parte del dolor y la frustración de habitar en un territorio manchado de sangre. Para mí, la performances es un espacio de sanación, cuando la descubrí estaba pasando por un momento muy fuerte, una etapa de confusión y rabia por la cual creo que muchas de nosotras hemos pasado o estamos pasando. Trataba de darle sentido a esta crisis de violencia y con unas ganas tremendas de joder al patriarcado que tan quitado de la pena lucra con las vidas. A mí me gusta decir que la performance es una matrix, una matrix en la que es posible trabajar ese vacío que deja la destrucción y arroja una oportunidad para convertirla en creación. La performances es un espacio donde se gesta la resistencia, las alianzas y la empatía.
2. ¿Crees que hoy en día hay más apertura para esta disciplina que critica de manera frontal los sistemas de poder? ¿Tiene esto algún impacto en tu proceso creativo?
Hoy en día hay más colectivas, personas y organizaciones que critican de manera frontal al poder, pero no necesariamente porque hay más apertura, sino porque la violencia es rampante y el necroestado no descansa. Vivimos en un país desmembrado y estamos reaccionando ante esta situación. Este hecho me habla del potencial de este tipo de arte, no solo para romper, desafiar y resistir sino también para tender puentes entre diferencias y para imaginar futuros en donde la diversidad y la vida son la regla y no la excepción y esto impacta de una forma fertilizante a mi proceso creativo, me dice: no dejes de poner el cuerpo, no dejes de crear.
3. En tu trabajo abordas problemáticas actuales desde una visión ecofeminista, es decir, en tus piezas no solo contemplas las violencias e injusticias que vivimos día con día las mujeres y personas no binarias, también criticas el consumo desmedido y los daños que esto causa a nuestra tierra. ¿Cómo es para ti usar tu cuerpo como herramienta para visibilizar estos problemas? ¿Cómo influye esta visión en tu vida personal/entorno?
Mi trabajo trata de visibilizar las conexiones entre la explotación y el maltrato al entorno y la violencia ejercida sobre los cuerpos femeninos y feminizados. Ya lo han dicho muchas y yo lo reafirmo, el ecocidio y el feminicidio bailan juntos. Entonces se trata de cuestionar a ese sistema asesino y a sus políticas destructivas pero también y sobre todo se trata de encontrar formas de relacionarnos desde nuestros cuerpos con el medio ambiente y con los seres con los que compartimos el planeta. En esa búsqueda de una relación armónica por la vida, justo a partir del territorio del cuerpo, yo me he enfocado en las posibilidades de colaboración entre distintas especies. Trabajar este tipo de temáticas es duro, trabajar la violencia ambiental y la violencia sexual y de género puede llegar a ser abrumador y es muy fácil perderte en la desesperanza. Por ello, trato de empoderarme desde el qué sí se puede hacer, desde el cuidado y el afecto hacia mi cuerpo y hacia los demás cuerpos que me rodean.
4. Podrías platicarnos sobre Mujer Apis: ¿De dónde surge esta inquietud de colaborar con las abejas? ¿Cómo relacionarías esta colaboración con la sexualidad?
Mujer Apis es un proyecto en colaboración con las abejas Apis Mellifera en donde a través de distintos medios artísticos como la performance, el video, la escultura, el sonido y la fotografía, este proyecto incita a aperturas íntimas y esperanzadoras de presencia y responsabilidad multi especie. Para Mujer Apis invité a una abeja reina a fundar su colonia en la azotea de mi hogar y desde entonces las abejas y yo creamos juntas y exploramos la posibilidad de una historia de alianzas. ¿A quién disparan? es parte de este proyecto y el título de esta pieza de foto performance proviene de una cita del poema Enjambre de Silvia Plath. La poeta también cuidó de una colmena e inspirada por la apicultura urbana, escribió su famosa secuencia de poemas sobre las abejas. Silvia en sus versos aborda temas como el poder patriarcal dominante, la violencia, la colectividad, el rol de la mujer y el diálogo y cuidado hacia la naturaleza. ¿A quién disparan? es en realidad una provocación, pues a casi 60 años de ser escritos, los versos de Silvia Plath aún siguen vigentes. Hoy seguimos disparando a la vida, seguimos disparando a los cuerpos femeninos y seguimos disparando a las especies que comparten y sostienen a la madre tierra.
Trabajar con las abejas me ha hecho entender desde otras perspectivas aspectos tan importantes como el matriarcado, la comunicación efectiva y el poder compartido. Convivir con ellas y descubrir sus formas de organización también me ha hecho reflexionar en nuestras propias formas y nociones heteronormativas que el sistema y la religión nos han impuesto. Por ejemplo, uno de los pilares del patriarcado es el control de la sexualidad de las mujeres, y en el caso de la colmena es al revés, la reina y las abejas femeninas deciden si la reina va a poner un huevo femenino o uno masculino. De hecho la población de abejas masculinas que se llaman zánganos, es mínima. Por cada 100 abejas femeninas hay un solo zángano y los zánganos no pueden defender a la colmena pues no tienen aguijón y tampoco contribuyen en la colecta de alimentos. Su papel principal es inseminar a la reina y cuando la inseminan mediante el llamado vuelo nupcial los zánganos mueren. En otoño, los zánganos que quedaron en la colmena son expulsados por las abejas pues las reservas de alimentos suelen ser más escasas durante el invierno, entonces de esta forma las abejas femeninas aseguran la supervivencia de la colmena. Todo esto me hace pensar en nuestras propias estructuras de poder y en el control que se ejerce sobre la reproducción y el cuerpo desde el poder masculino. Si nos asomamos a la colmena como un espacio para aprender entendemos mejor sobre la construcción del consenso. Las abejas se comunican de forma colaborativa, corporizada y toman decisiones a través de la escucha y la respuesta. Aprendemos también sobre la confianza y el poder compartido, aspectos valiosísimos para enfrentar al patriarcado y para responder mejor a los retos climáticos del presente.
5. ¿Podrías mencionarnos performers, artistas o artivistas a quien admires por su trabajo y trascendencia en esta lucha?
Admiro y me han influenciado mujeres como Ana Mendieta, Regina José Galindo, Tania Brugera, María José Arjona y tengo la fortuna de tener un performance activo, como nosotras le llamamos, con la artista Deborah Castillo a través del cual aprendo constantemente sobre el poder del cuerpo y la desobediencia radical y de paso al compartir nos reímos de manera insólita.