Soy mujer y soy territorial

 Siento culpa; me dan ganas de llorar y vuelvo a sentir culpa; siento rabia, realmente no sé qué debería sentir hoy… ¿tal vez  estoy loca o no sé qué me ha vuelto tan “territorial”? ¿Por qué tomárselo todo personal? ¿Por qué sentir? Después recuerdo que soy mujer y hoy todo es diferente, que ayer el silencio fue eco de un grito profundo de justicia, en el que todas, absolutamente todas fuimos una sola voz. Porque no éramos diez, no éramos cien, pinche gobierno… cuéntanos bien. 

Enriqueta Arias: ¿Qué debemos entender las nuevas generaciones por feminismo?  Y ¿por qué es importante?

Dra. Guadalupe Escamilla: Considero que es importante que las nuevas generaciones tengan un interés por el conocimiento informado del feminismo para no caer en prejuicios, ni en falsas representaciones, confusiones o incluso desasosiego.  Lo que hay que entender es que desde hace tres siglos el feminismo tiene una función sociopolítica, cultural y académica. Es y ha sido un activismo social y más recientemente objeto de estudio de las ciencias sociales, principalmente.

Como término y paridigma es complejo y polémico, tiene diversas respuestas, diversas tendencias, diversas visiones. Es decir, no es posible entender un solo feminismo, sin embargo, todos los feminismos persiguen alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, ya sea a través de la equidad o de cualquier otra estrategia.  Pero esa búsqueda de la igualdad debe ser una igualdad isonómica, como señala una filósofa española. Es decir, una igualdad jurídica normada para una diversidad humana.  

El género es el concepto medular del feminismo porque hizo visible objetivamente un sistema binario jerárquico y excluyente, de relaciones de poder y dominación, con distintas marcas de clase, raza y edad. El género hizo visible los roles de los sexos construidos socialmente con base en las diferencias fisiológicas y hormonales, traducido en la subordinación de las mujeres.

Estos conocimientos nos ayudan a entender, por ejemplo, como está cambiando el mundo de los géneros en la sociedad contemporánea, así como sus roles sociales.

Se tiene la idea que el feminismo es pro mujer y anti hombres. Esto es una falsedad, el feminismo es critico a un orden social atravesado por la jerarquía masculina, que ha limitado y controlado la participación de las mujeres en el ámbito familiar, social y abierto las brechas de género. 

Pienso en el pasado; en mi infancia, pienso en mi abuela y en mis tías, pienso en mi madre y en mis amigas, en mis hermanas y en mí. Después pienso que ser territorial no tiene nada de malo. Es coraje y el coraje en español se ha traducido mal; no significa enojo, sino valentía y fuerza de voluntad. Eso es lo que vivimos todas este 8 de marzo, el día que las jacarandas nos abrieron camino, para convertirnos a todas en flores de la revolución. Nuestra propia revolución feminista. 


El problema es sistemático—eso ya lo sabemos—el espacio público está(ba) hecho para y por los hombres. Así nos educaron a todas. Desde pequeña, jugar con los primos y los amigos e intentar adueñarse de las calles significaba “exponerse”, golpearse, caerse, romperse las rodillas, ensuciarse, partirse la cara y llegar a la casa sucia, moreteada y con la ropa hecha polvo. A veces, se ganaban las batallas en el jardín,  otras tantas se vencían las guerras de lodo y subir a los árboles, pero siempre era mejor volver a ser la niña que jugaba con sus muñecos a inventarse historias fantásticas y escenarios mágicos, porque ¿para qué exponerse? ¿para qué lastimarse? 

Enriqueta: ¿Cómo se podrían ir cerrando las brechas generacionales de género?

Dra. Guadalupe Escamilla: Yo pienso que una forma, que no es inasequible, es a través de políticas públicas como una estrategia de construcción para desnaturalizar el género, pero la conciencia de género debe permear toda la estructura socio política, desde el ejecutivo hasta cada una de las instituciones como son las escuelas las familias, etcétera. Al modificarse la estructura familiar, por ejemplo, se estarían modificando las relaciones de género, y esto implicaría tanto para mujeres como para hombres que la familia tenga el mismo valor y el mismo compromiso, respaldados por condiciones proporcionadas por el Estado. Esto puede tomar décadas hasta siglos, pero se estaría avanzando en la construcción de una sociedad realmente democrática.


La solución definitivamente no ha sido sistemática. Ha sido progresiva, nos ha tomado más de 200 años y aún no sabemos cuántos más nos quedan por delante. La solución también nos ha quitado a Fámita y a Ingrid, a Noelia, Nadia, Esther, Yadira, Malena, Saraí y 265 mujeres más que han sido asesinadas y forman parte de los feminicidios que se suman en lo que va de 2020 en México. Más los once feminicidios que ocurrieron este 8 y 9 de marzo. Exigimos justicia por ellas y por todas. Las queremos de vuelta, las queremos vivas, nos queremos vivas, porque ninguna mujer que reclame su territorio debería ser juzgada, ni violentada, ni amenazada, ni asesinada, porque para sorpresa de todos, y de nosotras mismas, el espacio público también nos pertenece y es por eso que #FuimosTodas. Hicimos historia y rompimos todo, nos apropiamos de la plaza, de las calles, de los monumentos, del zócalo, de las fuentes, de los techos y las paredes de cristal. El coraje nos quitó el miedo ese día. Ese día fuimos nuestras, de nadie más. 

Enriqueta: ¿Existe la esperanza de llegar a una sociedad sexualmente igualitaria?

Dra. Guadalupe Escamilla: Hasta el momento no existe una sociedad que haya alcanzado la total igualdad de género. Sin embargo, existen países, como los nórdicos que trabajan desde hace décadas por borrar el sexismo. Existe una conciencia de género en todo su orden y sistema político y cultural. 


Soy una mujer que vive y trabaja en el espacio público. Me he tenido que “ganar” ese lugar. Porque un día decidí que el espacio público era el lugar que me hacía más feliz en el mundo. Sin embargo, mi atracción por la calle y sus muros parece una constante lucha por ganarme el espacio que quiero ocupar en él, a diario. Entre exjefes impositivos y abusivos que quisieron callar mi voz y mis ideas, pasando por festivales de arte urbano donde el crédito se lo llevaba la organización encabezada por un hombre; compartir espacio con compañeros y lugares de trabajo poco sanos. Clientes y ex socios, empleados y artistas deconstruidos y feministos, pero al final, acosadores y violentos, porque el aliado de una es el agresor de otra y eso no se nos debe olvidar nunca. 

Es por eso que hoy, me declaro territorial. Reclamo mi lugar en el espacio público, vivo mi lucha –como todos los días y como todas las mujeres de mi país. Sobrevivo con miedo de no ser un número más, una víctima más del feminicidio, pero al mismo tiempo me declaro libre y soberana, con la esperanza de usar mi voz para seguir cambiando el rumbo de mi camino, de nuestro camino. Porque aceptémoslo, estamos haciendo historia. Es momento de creer en nosotras, de seguir juntas, tan juntas como este día que queda para siempre en la memoria de todas: 8M. Porque somos revolucionarias, porque somos feministas… ¡y retiemble en sus centros la tierra, al sororo rugir del amor!* 

*”Canción sin miedo” por Vivir Quintana y el Palomar 

Enriqueta Arias

Enriqueta Arias, soy y me identifico como mujer. Soy Mexicana de 29 años. Soy actual directora creativa y fundadora de Artsynonym, una plataforma fundada en 2015, dedicada a generar una liaison entre artistas, marcas, festivales de arte y espacios públicos. Me apasiona escribir, leer, las artes y pensar en proyectos creativos todo el tiempo. Con esa misma pasión por el arte y los medios, fuí editora de la revista Juxtapoz Latin America, especializándome en arte y cultura contemporánea. He trabajado como gestora cultural independiente y comisaria de varios proyectos nacionales e internacionales, tengo una Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México, y una especialidad en arte y comunicación por el programa internacional de L'Institut d'Études Politiques, Sciences Po, París. En 2017 estudié un diplomado posgradual en UAL: Central Saint Martins en Londres en Estudios Curatoriales.

Me considero una mujer a la que su educación ha influenciado para tratar de generar ciertos cambios en el ámbito profesional en el que me desempeño actualmente, donde las mujeres tienen pocos espacios y oportunidades --cada vez se va creciendo más, pero aún es difícil-- para desempeñarse, así como tener puestos de liderazgo y dirección. 

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