Glosario/Antiglosario
Glosario
Adultocentriso / Adultismo
“Las personas mayores no entienden nada por sí solas y es agotador para les niñes tener que explicarles una y otra vez” - La principita
Ilustración - Fátima Ramos
El adultocentrismo describe una relación asimétrica entre diferentes clases de edad, donde los menores de edad (en algunas culturas también las personas de la cuarta edad) son oprimidos por la figura del adulto en el contexto familiar, educativo, cultural y político.
El sistema considera que las personas adultas están en la etapa óptima del desarrollo humano y por eso son aptas para participar activamente en la sociedad, como ciudadanos (votar, tomar decisiones, asumir responsabilidad, ejercer poder, etc.).
Las opiniones y posturas de personas no adultas son menos válidas y relevantes ya que se consideran inferiores en su desarrollo.
Alugnes sociólogues vinculan el adultocentrismo con otros sistemas de poder como el patriarcado, el colonialismo y el capitalismo, ya que el status quo al que propone aspirar el adultocentrismo está basado en el ideal de un hombre adulto, blanco, occidental y heterosexual, que domina los bienes materiales.
El adultismo es cualquier comportamiento, acción o lenguaje que limita o pone en duda las capacidades de las juventudes por el solo hecho de tener menos años de vida.
Según UNICEF, es necesario que las personas adultas asuman sus límites, reconozcan que no lo saben todo, comprendan que la participación de niñes y adolescentes es necesaria y beneficiosa.
Antiglosario
Muchacha / Chacha / Criada / Sirvienta / Gata / Doméstica
En México, la historia de las empleadas del hogar nace en la época colonial y comparte orígenes con la esclavitud.
Hasta la fecha es un trabajo ejercido en un 90% por mujeres de forma informal. Ante la ausencia de regulaciones que garanticen sus derechos laborales, las empleadas del hogar se encuentran “trabajando jornadas hasta de doce horas sin derechos laborales ni seguridad social, sin contrato, sin garantías de pensión y sin posibilidad de ahorro, entre otras privaciones.” (Conapred 2017)
Esta discriminación estructural en contra de las trabajadoras del hogar también se refleja en los nombres que les son otorgados históricamente y hasta el día de hoy:
Criadas, sirvientas, domésticas, muchachas, chachas, gatas, etc. - Nombres que deshumanizan a las trabajadoras y “aluden a creer que somos propiedad de las personas para las que trabajamos.” (CACEH 2019)
Fuentes: Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, Conapred 2017, INEGI 2016
